
El mundo se encuentra en los albores de la Cuarta Revolución Industrial, lo que representa un cambio fundamental en la forma en la que actualmente las personas trabajan, se relacionan y se movilizan. Es un nuevo capítulo en el desarrollo humano, posibilitado por avances tecnológicos que combinan los sistemas digitales, físicos y biológicos.
La velocidad, la amplitud y la profundidad de esta revolución, obligan a los actores políticos, a repensar cómo deben diseñarse y desarrollarse las ciudades de tal suerte que permitan confluir infraestructura y servicios adecuados para una movilidad multimodal integrada e inclusiva de calidad para todos y centrada en el ser humano.
Para esto, dos importantes factores serán clave para la transformación de la movilidad urbana: los grandes desarrollos tecnológicos y los nuevos hábitos de comportamiento ciudadano.
Algunas de las tendencias de un futuro no muy lejano para la movilidad del ser humano son, las tecnologías innovadoras para el ahorro de energía en los automóviles; los materiales livianos de construcción de los autos, que permiten reducir el peso del carro sin sacrificar la seguridad de los pasajeros; el uso de la electricidad como combustible para los automóviles; el Big Data, el gran volumen de datos, que inundan los negocios, cada día para obtener ideas que conduzcan a mejores decisiones y negocios estratégicos; las nuevas tecnologías de comunicación que integran el internet de las cosas, para proporcionar servicios valiosos a los conductores y los increíbles avances sobre los vehículos autónomos, se sienten cada vez más cercanos.
La transformación que se espera de la movilidad traerá cambios significativos en todos los aspectos, pues con seguridad alterará las estructuras industriales, el comercio y la dinámica en las personas. Este sistema ha estado bien establecido durante un siglo y está al borde de una gran transformación que podría resultar en la emergencia de un nuevo ecosistema de movilidad personal (Sistemas Individuales de Transporte Público –SITP-).
Así mismo, se prevé que la movilidad, estará íntimamente ligada al desarrollo del urbanismo, ya que tendrá un modelo de movilidad basado en el pago por el uso y no en la compra personal de un activo, como actualmente, lo es un auto.
Hay evidencias que permiten pensar que esta transformación, se hará realidad en pocos años, ya que en varios países se está fomentando el uso de vehículos eléctricos, los nuevos modelos de automóviles son cada día más autónomos, la masificación de la bicicleta toma más fuerza y está aumentando la oferta de productos y servicios de movilidad, como Uber, Tesla, Apple, Google, etc.
Todos estos cambios revolucionarios, se darán por la unión de varios factores, los sistemas de movilidad y transporte se combinarán con sistemas de energía integrados al transporte público y a su infraestructura.
Dentro de las tendencias tecnológicas, el desarrollo de la nanotecnología, incide directamente en la creación de nuevos materiales más livianos en la fabricación de autos; la digitalización, en la creación de los llamados carros inteligentes, va en grandes adelantos; en la energización, los nuevos desarrollos en tecnologías de baterías, permiten mayor autonomía, menor, tiempo de recarga y menores costos; la movilidad compartida ha evolucionado rápidamente en los últimos años, el transporte público, los tradicionales taxis, ahora compiten en seguridad, precio, inmediatez y digitalización con compañías de movilidad compartida, como Uber y Lift y los Transumer, también se pueden catalogar como una tendencia tecnológica, ya que son las nuevas generaciones, los usuarios que demandan nuevas ofertas de servicios de movilidad, pues no compran autos, alquilan o comparten autos.

Para comprender mejor la movilidad se debe entender, que hay dos visiones diferentes: la primera visión de movilidad, es la actual, con su sistema de propiedad privada muy fuerte y con conductor al volante. Con el paso de los años esta primera visión, ha evolucionado a una visión de movilidad compartida, o una movilidad combinada con otros medios de transporte público integrados, como la bicicleta, el scooter, trenes, cables y demás.
Hace años todos estos cambios se veían lejanos, sin embargo, está comenzando un cambio drástico, una ruptura básica, un punto de inflexión, una nueva era donde los autos serán autónomos y muy accesibles, y empresas como Google, Uber y Apple serán las empresas, que empiecen los movimientos para la reacción de un gran cambio que no tendrá vuelta atrás y, éste sin duda es el gran reto para los tomadores de decisiones tanto del sector público como privado, de poder asumir con claridad una visión de ciudad, un modelo de gestión de movilidad y de empresas orientadas a satisfacer las expectativas y nuevas demandas de servicios que el ciudadano e usuarios están reclamando frente a un nuevo ecosistema de actores de la movilidad urbana sustentable.
Temas como la seguridad en la movilidad por la autonomía de los vehículos, la nula congestión vial por los sensores de los nuevos modelos inteligentes de autos, la disminución ostensible de energía, la caída dramática de los costos de viaje, así como el tratamiento justo y preciso de los impuestos por el uso de la tecnología, la desaparición de los parqueaderos, los costos de entrega de mercancías bajarán notoriamente, el transporte multimodal será continuo y con un único precio fijo, serán los temas de cambio de la movilidad que transformarán el rumbo de la humanidad.
La tecnología ya existe para hacer realidad todos estos sueños, inclusive Google, ha avanzado en la creación de autos sin conductor y grandes empresas como Ford, BMW, Ventures, están haciendo investigaciones e inversiones millonarias en el campo tecnológico con proyectos de alta ingeniería.
Para poder tener una movilidad urbana sostenible, se puede visualizar en tres modelos: Un modelo limpio y compartido, un modelo con autonomía privada y la llamada modelo sin costuras.
En ciudades densamente pobladas, y con graves problemas de contaminación, como Delhi, México y Bombay, el enfoque para un cambio a largo plazo sería un cambio hacia un transporte más limpio, en vehículos eléctricos, limitando la propiedad de automóviles privados, donde la movilidad compartida hace énfasis en el transporte público.
Hay ciudades como Los Ángeles, donde la congestión vial le cuesta miles de millones de dólares a la ciudad, en pérdidas. Acoger vehículos eléctricos, y estimular los autos autónomos sobre avenidas propias para ellos, así como estimular la movilidad compartida, podría impactar en beneficio para estas grandes urbes.
La llamada movilidad sin costuras, se refiere básicamente al fácil acceso del transporte público, en ciudades como Chicago, Hong Kong, Londres y Singapur, ciudades en donde su movilidad es de alta calidad en tiempo y en espacio; donde los usuarios tienen diversas formas de moverse en ambientes limpios, baratos y flexibles; donde la movilidad se brinda a través del excelente servicio del transporte público; donde la conectividad total de plataformas de software inteligentes, mueven con precisión el tráfico multimodal, haciendo que la movilidad sea lo que debe ser, un total y comprometido servicio al usuario.
Junto con las mencionadas ciudades, sólo Ámsterdam y Estocolmo, tienen una movilidad efectiva, con transporte público eficiente, fomentando el ciclismo y el caminar y han logrado limitar la congestión y la contaminación. Para el 2030 se espera que sean muchas las ciudades que se acerquen a esta fase de movilidad avanzada.
Y se espera que esa distancia abismal entre los países industrializados y poderosos, con los países del tercer mundo, se acabe, cuando el cambio disruptivo ocurra, cuando el punto de inflexión sea un cambio más justo, y que un ciudadano de Colombia, también pueda sonreír cuando aborde con su familia, a esta nueva experiencia de transformación en la movilidad humana.