La mujer invisible

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Bibiana María Guerra De Los Ríos
29 junio, 2023 - Inclusión
Foto de Garon Piceli: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-vestida-con-top-blanco-852793/

Por Bibiana María Guerra de los Ríos

Hace poco un amigo me dijo que si yo estaba estudiando teoría de género. Esto a raíz de que he venido indagando y compartiendo información sobre la desigualdad de género y cómo esta brecha impacta negativamente a las mujeres. Aunque no estoy estudiando el tema de manera formal, sí ha crecido mi interés en él y, sobre todo, mi comprensión y ganas de aportar a esta problemática. De hecho, terminé de leer el libro “La mujer invisible” escrito por la periodista y activista británica Caroline Criado-Pérez, en el que expone con datos y ejemplos concretos los sesgos estadísticos existentes en un mundo diseñado por y para hombres, “esta es la historia de lo que sucede cuando nos olvidamos de hablar de la mitad de la humanidad”.

Y sí, claro que es un mundo diseñado por hombres, y no cualquiera, sino el hombre blanco heterosexual. Esta perspectiva y cultura masculina, afirma la autora, ha sido declarada como la universal. Por esta razón, la estadística se ha concentrado en esta mitad de la población, dejando a las mujeres por fuera de la mayoría de estudios. Y esas conclusiones son precisamente las que revela el libro, cómo ese sesgo estadístico perjudica a las mujeres en los ámbitos laboral, político y urbano, principalmente.

Es normal pensar en la brecha salarial entre hombres y mujeres. Pero no es muy usual pensar en temas como que las puertas de los edificios son muy pesadas para el promedio de mujeres, o que hay escaleras y pisos en vidrio, transparentes, que perjudican a quienes usan faldas y vestidos, o que hay pavimentos y adoquinados que justo cazan con los tacones y hacen imposible su tránsito o que los teléfonos son grandes para el tamaño de una mano femenina promedio. Son detalles, pero en materia de diseño no se están teniendo en cuenta las necesidades femeninas.

Y ni que decir en materia investigativa; la mayoría de estudios y testeos que se hacen sobre animales y humanos se basan en el sexo masculino. Por consiguiente, hay medicamentos que tienen efectos distintos en hombres y mujeres; además, sé diagnóstica erróneamente a las mujeres porque sus síntomas son diferentes a los que presentan los hombres. Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir lesiones graves en un accidente de tránsito porque los maniquíes de pruebas de choque son diseñados teniendo en cuenta el cuerpo masculino promedio.

En materia económica los datos son impactantes. Normalmente, la economía del cuidado es soportada en el trabajo no pago de las mujeres. En países desarrollados, este segmento puede aportar el 50% del PIB, en países pobres hasta un 80% y en Colombia un 20%. Estas cifras no son recolectadas y mucho menos tenidas en cuentas en las políticas públicas, con excepción de casos como Bogotá.

El libro relata miles de historias asombrosas, pero hay esperanza para cerrar la brecha de género. Pasar de ser invisible a ser visible es cuestión de todos. Hay estudios en los cuales se percibe mayor inversión social y gasto asociado a las mujeres cuando aumenta su representación política. Y si hay más participación femenina en las negociaciones de paz, hay mayor probabilidad de que esta sea estable y duradera.

¿Se imaginan qué pasaría si se recogieran datos desagregados por sexo? Sí, además, se tuvieran en cuenta en la toma decisiones? Definitivamente, tendríamos un mundo más equitativo e igualitario. Y esto no se debe a que ahora debemos centrarnos solo en las mujeres, simplemente se pide tenernos en cuenta.