¿Qué significa movernos en la Ciudad de México? Aunque la mayoría cree que tenemos varias opciones para hacerlo como usar metro, trolebús, servicios de taxis de sitio o en aplicaciones, camiones, combis, bicicleta, patines, scooter, y otras alternativas… ¿Realmente podemos movernos?
No es noticia que los servicios de transporte público han colapsado en repetidas ocasiones y, que gracias a esto, muchos han optado por usar otros medios como la bicicleta, lo que ha hecho que los colectivos ciclistas sean más y más grandes y con ello sus exigencias por infraestructura han cambiado rotundamente la ciudad.
¿Qué aprendimos de eso? Que la Ciudad de México es impresionantemente cambiante. Parece que fue ayer cuando se habilitó la Av. Reforma, la más importante de la ciudad, para pasear en bici por primera vez y hoy ya cientos y cientos de personas asisten con familia, mascotas, solos o en grupo a disfrutar del paseo dominical. Pero si aprendimos que el uso de los lugares va definiendo su forma, entonces ¿por qué seguimos siendo tan renuentes a los cambios que la realidad nos está exigiendo?
El principio número uno del movimiento Placemaking, es “la comunidad es la experta”, es decir que los lugares, y con ello quienes los diseñan, deben adaptarse a lo que las comunidades necesitan en ese momento, sin miedo al cambio y priorizando el movimiento de las personas.
Un ejemplo perfecto han sido las terrazas para reactivar restaurantes que se han implementado para apoyar a los comercios locales que se vieron afectados por la pandemia. La reactivación consiste en ocupar espacios que estaban siendo utilizados como cajones de estacionamiento en la vía pública y, con urbanismo táctico, trazar elementos que sirvan de guía para cumplir con el distanciamiento físico.

Sin embargo, aún hay quienes no están de acuerdo con estas medidas, pero hay, por lo menos, 3 razones por las que estas terrazas están siendo positivas:
1._Reactivación económica: Cuando todo cerró, familias enteras sufrieron por perder sus únicos o mayores ingresos. Edgar Viedma, director de Estadísticas Sociodemográficas del INEGI, detalló para la Jornada que la pérdida en 2020 había sido en 16.7 millones de hogares. Esta medida les permite, poco a poco, volver a levantarse y tener un regreso seguro, sin poner en riesgo la vida de sus comensales.
2._Más espacios para las personas, menos para los autos: Uno de los aspectos más criticados ha sido el desplazamiento de los espacios que los autos ocupaban, pero recordemos que la forma más segura de movernos ahora es hacerlo a pie, en bici o en transporte público.
Según una encuesta realizada por Oxford Business Group a empresarios, el 90% de las empresas en México migraron a una forma de trabajo a distancia y obligó a los trabajadores a estar cerca de sus hogares y realizar distancias cortas, por tanto, lo que se debe procurar es que esas distancias cortas y estancias en lugares cercanos sean seguras y cómodas, pues incentivarlas nos cuida a todos.
3._ Fortalece la comunidad: Caminar, andar en bici, o cualquier forma no motorizada, además de cuidar el medio ambiente, nos ayuda anímicamente porque nos acerca a los demás, sensibiliza y fomenta el apoyo entre la comunidad.

Estas terrazas han devuelto la vida a nuestras calles, no sólo por sus diseños que son amigables con el entorno, también han permitido disfrutar de los lugares que más apreciamos, apoyar a comerciantes y preguntarnos si estas medidas podrían haber llegado para quedarse. Aún no lo sabemos, pero como Carolina Huffmann, fundadora de Urbanismo Vivo, señaló en un conversatorio sobre urbanismo de género, “si diseñamos permanente, nos equivocamos permanente” por eso no hay que tener miedo de atrevernos a tomar las calles como lienzo e incluso borradores para dibujarnos una ciudad más digna, más disfrutable y qué mejor si además, ayuda a salvar un negocio familiar.