Un informe de la comisión EAT-Lancet y apoyado por la ONU, señala que es posible alimentar a 10 000 millones de personas el año 2050 sin arruinar aún más el medio ambiente y, al mismo tiempo, dejar la mitad del planeta en manos de la naturaleza. Eso sí, es necesario cambiar la forma cómo comemos.

Hay un hecho claro: la producción de alimentos es la mayor causante de la reconversión de tierras y pérdida de bosques y, en consecuencia, del calentamiento global. Es ante esta realidad que urge un cambio en los modelos tanto de producción como de consumo.
Para abordar esta necesidad crítica, la Comisión EAT-Lancet reunió a 37 científicos líderes de 16 países en diversas disciplinas, incluida la salud humana, la agricultura, las ciencias políticas y la sostenibilidad ambiental para desarrollar objetivos científicos mundiales enfocados en dietas saludables y una producción sostenible de alimentos.
Es así como fue presentado el informe “Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles”. Este es el primer intento de establecer objetivos científicos universales para el sistema alimentario aplicables a todas las personas en el planeta. La comisión se centra en dos parámetros del sistema alimentario mundial: el consumo final (dietas saludables) y la producción (producción sostenible de alimentos). Estos factores, sin duda, impactan de manera desproporcionada en la salud humana y la sostenibilidad ambiental.
Comer sano, comer mejor
Para conseguir ayudar al planeta será necesario realizar cambios radicales en nuestra forma de comer. Las dietas saludables se han de basar fundamentalmente en el consumo de una amplia variedad “de alimentos de origen vegetal, bajas cantidades de alimentos de origen animal, que contengan grasas insaturadas en lugar de saturadas, y cantidades limitadas de granos refinados, alimentos altamente procesados y azúcares añadidos”, según el informe.
Esta conversión implica un incremento de más del doble del consumo de frutas, verduras, legumbres, nueces y semillas, y una disminución superior al 50 % del consumo de carne roja y azucares añadidos a nivel global, especialmente en los países con más recursos o desarrollados.
“Comer bien es una de las cosas más importantes del mundo. Hoy hemos aprendido que es esencial para el planeta, para nuestros hijos, para el futuro. Yo sé que es difícil hacer cambios, pero vale la pena”, afirmó Hilaria Baldwin, profesora de yoga, vegetariana y esposa del actor estadounidense Alec Baldwin, quien apoya esta iniciativa.

Es clave en este propósito buscar un compromiso nacional e internacional de los países miembros de la ONU que sirva para virar hacia dietas saludables, reorientar la producción agrícola focalizándola en la elaboración de más alimentos saludables en vez de obtener grandes cantidades de víveres y reducir como mínimo un 50 % el desperdicio y la pérdida de alimentos.
Adicionalmente, la comisión analizó los impactos potenciales del cambio en la dieta sobre la mortalidad por enfermedades. Y evidenció que asumir este tipo de dietas supone prevenir aproximadamente 11 millones de muertes por año, lo que representa entre el 19 % y el 24 % del total de muertes en adultos.
La producción tiene que ser sostenible
El informe también demuestra que es posible alimentar a 10 000 millones de personas el año 2050 sin arruinar aún más el medio ambiente y, al mismo tiempo, dejar la mitad del planeta en manos de la naturaleza.
¿Cómo puede lograrse? El estudio aboga por alimentar a la humanidad con las tierras agrícolas existentes y adoptando la estrategia llamada “Media Tierra” que busca preservar “al menos el 80 % de las especies preindustriales y proteger el 50 % restante de la Tierra como ecosistemas intactos”.
“Unas prácticas agrícolas más eficientes en tierras ya reconvertidas nos permitirán llegar hasta allí, reducir el impactante 30 % de desperdicio o pérdida de los alimentos en el sistema alimentario nos dará aún más, pero al final todo se reduce a la carne. Disminuir drásticamente la producción de carne será esencial para alcanzar el objetivo de la estrategia “Media Tierra”, señalan sus promotores.
En este caso, un tercio de la tierra cultivable del mundo se utiliza para alimentar ganado, en lugar de frutas, frutos secos, verduras y cereales integrales que necesitan las personas sanas. La producción de carne roja, por ejemplo, en los Estados Unidos es cinco veces superior a la recomendada en dietas saludables, mientras que la producción de alimentos, frutos secos y verduras es inferior entre un 20 a 80 %. Por ello urge disminuir el consumo de carnes rojas para alivianar el impacto en tierras y ecosistemas.

Los cambios tienen que hacerse ahora
Ante las dificultades de alcanzar esta transformación alimentaria, la Comisión EAT-Lancet instó a llevar a cabo acciones en el menor tiempo posible. “Se requiere trabajo duro, voluntad política y recursos suficientes…Los datos son suficientes y lo suficientemente sólidos como para justificar una acción inmediata.”
Este grupo de científicos puso de manifiesto que cada vez está más claro que tenemos las soluciones, las tecnologías y las herramientas políticas para lograr un cambio alimentario y conseguir los objetivos planteados en el informe.
“Un claro mensaje del informe es este: la mitad del planeta es suficiente. ¿Por qué? En primer lugar, porque tiene que ser así. Hemos de dejar la otra mitad de las tierras intactas en beneficio de la naturaleza y parar la sexta extinción (provocada por el hombre)” afirmó el actor Alec Baldwin, quien apoya el informe.
“La segunda es que no necesitamos más tierra para alimentar al mundo. El informe desacredita esa errónea idea común y peligrosa. Dice que no se necesita más reconversión, más expansión, más deforestación y más destrucción ambiental”, sentenció el actor.
Conoce el informe completo en este enlace: https://eatforum.org/content/uploads/2019/01/Report_Summary_Spanish-1.pdf