Nuevo reporte pone de manifiesto las pérdidas y daños que se están produciendo y que se prevé que continúen produciéndose en un futuro próximo, y que están afectando con especial dureza a las personas y ecosistemas más vulnerables.

La energía eólica es una buena fuente para generar electricidad. Foto de Sam Forson: https://www.pexels.com/es-es/foto/turbina-de-viento-gris-tres-243138/
El informe Cambio climático 2023: informe de síntesis, elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), destaca un grupo de opciones que deberían ponerse en marcha desde ahora para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr una mayor adaptación al cambio climático provocado por el hombre.
De acuerdo con los integrantes del IPCC, responsables de este reporte, las temperaturas ya han aumentado 1,1 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, como consecuencia de más de un siglo de quema de combustibles fósiles, así como de un uso desigual e insostenible de la energía y el suelo.
“En mi país, Sri Lanka, los impactos del cambio climático se están sintiendo ahora. No tenemos tiempo para perseguir cuentos de hadas como las tecnologías de eliminación de carbono para absorber el carbono del aire”, afirmó Hemantha Withanage, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional.
Este aumento de la temperatura mundial, ha propiciado la ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos, que han causado impactos cada vez más peligrosos sobre la naturaleza y las personas en todas las regiones del mundo.
«Las mayores ganancias en bienestar podrían provenir de dar prioridad a la reducción del riesgo climático para las comunidades de bajos ingresos y marginadas, incluidas las personas que viven en asentamientos informales», destacó Christopher Trisos, uno de los autores del informe.
Las necesidades de cara al futuro
El informe insiste en que se prevé que la inseguridad alimentaria e hídrica provocada por el clima aumente con el calentamiento: cuando los riesgos se combinan con otros fenómenos adversos, como pandemias o conflictos, se vuelven aún más difíciles de gestionar.
Ademàs, si se quiere mantener la temperatura a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, será necesaria una reducción profunda, rápida y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores durante esta década.
“Este informe es la evaluación más terrible y preocupante hasta el momento de los impactos climáticos en espiral que todos enfrentaremos si no se realizan cambios sistémicos ahora”, afirmó, por su parte, Sara Shaw, coordinadora del programa de Amigos de la Tierra Internacional, en un comunicado.
La solución propuesta por el IPCC en su informe, es el «desarrollo resiliente al clima«, que implica integrar medidas de adaptación al cambio climático con acciones para reducir o evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, de forma que se obtengan beneficios más amplios.
Algunos ejemplos son el acceso a energías limpias, la electrificación con bajas emisiones de carbono, la promoción del transporte con cero o pocas emisiones y la mejora de la calidad del aire. Los beneficios económicos para la salud de las personas derivados únicamente de tomar esta última medida serían aproximadamente los mismos, o incluso mayores, que los costes de reducir o evitar las emisiones.
“Nuestro planeta ya está lidiando con impactos climáticos severos, desde olas de calor abrasador y tormentas destructivas hasta sequías severas y escasez de agua”, enfatizó Ani Dasgupta, presidente y director ejecutivo del Instituto de Recursos Mundiales.

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Un llamado clave: la acción gubernamental
En el informe se hace hincapié en el poder de los gobiernos para reducir los obstáculos a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, mediante financiación pública y señales claras a los inversores, y la ampliación de medidas políticas de eficacia probada, además de los cambios en el sector alimentario, la electricidad, el transporte, la industria, los edificios y el uso del suelo se destacan como vías importantes para reducir las emisiones, así como la adopción de estilos de vida bajos en carbono.
Por su parte, Greenpeace, en relación con el informe, insiste en que para lograr “transiciones rápidas y de gran alcance en todos los sectores y sistemas, necesitamos leyes y políticas sólidas y cooperación internacional. Hay que ponernos manos a la obra, y los que tienen más responsabilidad y capacidad deben liderar el camino: tanto gobiernos como para empresas, inversores y personas que tienen mayores ingresos”.
La Agenda exige el fin del carbón, la generación cero de electricidad para 2035 en todos los países desarrollados y para 2040 en el resto del mundo, y el fin de todas las licencias o financiación de nuevos yacimientos de petróleo y gas, y de cualquier expansión de las reservas de petróleo y gas existentes. Estas medidas, continuó el líder de la ONU, deben ir acompañadas de salvaguardias para las comunidades más vulnerables.
Para Arati Prabhakar, directora de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, “el nuevo informe de la ONU muestra que el futuro de la Tierra no está predeterminado. Existe una necesidad urgente de que los líderes de todos los sectores y de todos los países den un paso adelante y tomen medidas climáticas audaces”.
De otro lado, el Secretario General de la ONU, António Guterres, describió el informe como una «guía práctica para desactivar la bomba de relojería climática». Guterres anunció que va a presentar un plan para impulsar los esfuerzos para alcanzar el Pacto a través de una Agenda de Aceleración, que implica que los líderes de los países desarrollados se comprometan a llegar a cero emisiones netas lo más cerca posible de 2040, y los países en desarrollo lo más cerca posible de 2050.